Elisabeth Kübler-Ross (Zúrich, 8 de julio de 1926-Scottsdale, Arizona, 24 de agosto de 2004) fue una psiquiatra y escritora suizo-estadounidense, una de las mayores expertas mundiales en la muerte, personas moribundas y los cuidados paliativos. Su libro Sobre la muerte y los moribundos (1969) expone su conocido modelo de Kübler-Ross por primera vez. En esa y otras doce obras, sentó las bases de los modernos cuidados paliativos, cuyo objetivo es que el enfermo afronte la muerte con serenidad y hasta con alegría. Su interés por la muerte comenzó en su época de estudiante, cuando visitó algunos de los campos de exterminio nazi tras la guerra. Allí se sorprendió al ver que las paredes de los barracones estaban llenos de dibujos de mariposas. Esos dibujos afectaron profundamente a Elisabeth, que a partir de entonces se dedicó en cuerpo y alma a crear una nueva cultura sobre la muerte. Convirtió el símbolo de la mariposa en un emblema de su trabajo, ya que para ella la muerte era un renacimiento a un estado de vida superior. El rol de la enfermería en la Etapa de duelo. Elisabeth Kübler-Ross enfocó su investigación en cinco etapas de duelo, y la misma consiste principalmente en la adaptación emocional a estas, si bien se trata de una experiencia compleja que engloba también factores fisiológicos, cognitivos y entre otros.
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Estas cinco etapas negación, ira, negociación, depresión y aceptación se utilizan para afrontar situaciones muy difíciles como mecanismo de defensa ante el problema. Según Elisabeth Kübler-Ross las mismas las pueden enfrentar los pacientes con enfermedades terminales, pero también aquellos que tienen que afrontar una pérdida repentina, ya sea un empleo, un divorcio, o la partida de un ser querido. Son cinco etapas de duelo, pero no necesariamente la persona tiene que pasar por todas incluso puede tener sentimientos de varias etapas a la vez. Su duración también puede ser variable, pero lo que generalmente comparten todas las fases es la esperanza, hasta en los momentos más complicados hay una tendencia a pensar que aparecerá un medicamento nuevo o alguna posibilidad de curación, por más mínima que sea. (Kübler-Ross y Kessler, 2007) Resultados Como primer objetivo se identificaron las etapas de duelo, las mismas son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. (Vega, 2013; Hernández, 2017; Braganza, 2014 y Álvarez, 2016). En el segundo objetivo se clasificaron las intervenciones de enfermería de acuerdo a cada una de las etapas de duelo en la que se encuentra el paciente. En la etapa de negación la intervención de enfermería consiste en dar apoyo verbal al paciente sin reforzar su negación, durante la ira la enfermera no debe tomarse la misma como algo personal, durante la negociación la intervención se enfoca en escuchar con atención para aliviar sentimientos de culpa y el miedo irracional, durante la depresión la enfermera debe permitir que el familiar exprese esta tristeza y en comunicarse correctamente de forma no verbal, durante la aceptación la enfermera debe proveer apoyo emocional a los familiares. Las intervenciones dirigidas al paciente mayormente se enfocaron en brindar cuidados paliativos que influyeron en la comodidad y la calidad de vida. La empatía y el apoyo emocional a los familiares del paciente fueron las intervenciones más importantes (García y Rivas, 2013; Contreras, 2016; Sánchez, 2016; Raitio, 2015; Mullen, 2015 y Méndes, 2017).
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El trabajo de la doctora Elisabeth Kübler-Ross nos confirma que la muerte es un pasaje hacia otra forma de vida y nos hace comprender que la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento, puesto que se trata del inicio de otra existencia, el paso a un nuevo estado de conciencia en el que también se experimenta, se ve y se oye, se comprende y se ríe, y en el que existe la posibilidad de continuar el crecimiento espiritual. Gracias a ella sabemos que una luz brilla al final del camino, y que a medida que nos aproximamos a esa luz blanca, de una claridad absoluta, nos sentimos llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que podamos imaginar. Morir es trasladarse a una casa más bella, «se trata sencillamente de abandonar el cuerpo físico como la mariposa abandona su capullo de seda.»
Las experiencias científicas de la doctora Kübler-Ross, permiten confirma que la muerte es un pasaje hacia otra forma de vida. Nos hace comprender que la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento, puesto que se trata del inicio de otra existencia, el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo y oyendo, comprendiendo y riendo, y en el que se tiene la posibilidad de continuar el crecimiento espiritual.
Gracias a ella sabemos que una luz brilla al final, y que a medida que nos aproximamos a esa luz, más blanca, de una claridad absoluta, nos sentimos llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que podamos imaginar.
Incluye: - Edición en tapa dura. - CD con conferencia de la autora. - Librito con citas de la autora y páginas en blanco para anotaciones.
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La muerte: un amanecer |