Madrid dispone de una variada oferta artística, fruto de los diferentes estilos que han dejado su huella a lo largo de los siglos.
Desde los restos de la antigua muralla árabe, pasando por pequeñas iglesias de estilo gótico hasta las primeras obras del Renacimiento, Madrid recoge en su desarrollo muy ricas y variadas obras artísticas. Madrid debe su denominación al nombre árabe de Magerit (“madre de las aguas”), con que se bautizó la fortaleza que en la orilla del río Manzanares hizo construir el omeya de Córdoba, Muhammed (823-886). A pesar de que la ciudad creció bajo dominio árabe durante doscientos años, de esta presencia sólo se conservan algunos restos de muralla y alguna torre convertida posteriormente en campanario. La llegada de los Austrias, a partir del siglo XVI y en su mayor apogeo en el siglo XVII, marca el inicio de la monumentalidad que ha dado una de las zonas más renombradas en la capital –el llamado Madrid de los Austrias- en la que destacan, además de la Plaza Mayor, multitud de rincones, iglesias y conventos, llenos de sabor y arte. Las austeras fachadas de este estilo barroco, contrastan con los lujosos interiores de los palacios.
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