Ir a la montaña, ya es un proceso de meditación en cierta forma, ya sea en grupo, acompañado por alguien más o sólo, caminar entre senderos de bosque, rodeando un río, bajo la sombra de árboles gigantes, avanzando al compás de la sinfonía del canto de las aves, que al estar ahí ya te genera ciertos cambios con respecto a tu vida diaria, que al regresar de la montaña sientes una relajación no solo física, si no también mental y hasta del alma, que pueden llegar a moverte las fibras e hilos más profundos de tu ser, que deseas de alguna manera volver a tener esa sensación que te genera la meditación en montaña al bajar de ella.
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario