Con independencia de valor religioso que evidentemente tiene para los fieles, es difícil no quedar impresionado por las grandes dosis que llevan cada año a congregar a más de 6 millones de personas al claro donde se dice que la Virgen María Apareció, un lugar donde antaño pastaban ovejas, y que hoy da cobijo al Santuário de Fátima, con dos enormes templos que se encuentran dispuestas en una explanada de 1 kilómetro de largo, uno de los cuales es la Basílica del Rosario, erigida en 1953 y rematada con una corona y una cruz dorada, con la Capela das Aparições; mientras que el otro es la Iglesia da Santíssima Trindade, inaugurada en 2007.
El Santuario de Fátima es el mayor santuario católico de todo Portugal y uno de los más venerados en todo el mundo.
El foco de los peregrinos, conocido como Cova da Iria, se encuentra al Este de la A1.
Incluso los no creyentes no pueden permanecer indiferentes cuando se encuentran en el santuario, por su grandiosidad, por la espiritualidad que se siente y por su simbolismo.
Al entrar en el Recinto de las Oraciones, en uno de los extremos se puede ver la Basílica de la Virgen del Rosario de Fátima, con su gran torre de 65 metros. En el centro se encuentra el monumento al Sagrado Corazón de Jesús y, en uno de los lados, la Capilla de las Apariciones, en el mismo lugar en el que la Virgen pidió a los pastorcitos que se construyese una capilla.
En el extremo opuesto, en 2007 se inauguró la Iglesia de la Santísima Trinidad - Basílica menor, una moderna obra de arquitectura de 125 metros de diámetro, sin apoyos intermedios y con capacidad para acoger a unas 8.700 personas. El proyecto es obra del arquitecto griego Alexandros Tombazis y en él también intervinieron otros artistas como los portugueses Álvaro Siza Vieira y Pedro Calapez. En el exterior, vemos una gran cruz de bronce, obra del alemán Robert Schad.
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