sábado, 16 de mayo de 2020

El Camino de Santiago. 11a Etapa. Santiago de Compostela.

Rendimiento
El plan de entrenamiento ejecutado en Morelia, bajo las condiciones de escalada y velocidad elegidas, fueron muy acertados. Anexo los tiempos, distancias y el esfuerzo en subidas y bajadas (escalada)  desarrollados en "el camino". 
Un factor que no consideramos es el que aunque la altura máxima a la que estuvimos fue de 1327 mts, Morelia está a 1920  mts sobre el nivel del mar, las condiciones de latitud (cercanía al polo norte) producen nevadas con el consecuente desplome de temperatura. Así como lo vivimos en O Cebreiro. 
Las condiciones de frío alcanzaron a mermar nuestro desarrollo físico y obligan a replantear el equipamiento con el que se enfrentó este reto.

Fuera de eso todo fue cantar y bailar.

Las semanas dedicadas al entrenamiento fueron una inversión muy redituable, dejándonos abierta la oportunidad para disfrutar plenamente el camino y la estancia en general.

Mi primer recomendación para uds. sería en ese sentido, prepárense muy bien físicamente.

La siguiente recomendación va en el sentido del disfrute del camino, esto es, dejen de pensar en la meta de cada día y disfruten cada instante. 

"El camino" por si mismo, sólo es eso, un camino. La diferencia real eres tú. 

Si te das el tiempo; para reflexionar, para hacer ese auto análisis de tu vida, seguramente abonas más aún al disfrute pleno, el equilibrio y la paz interior que tanto necesitamos. 

Por último y no menos importante; aplicar las lecciones aprendidas. 

Es tan importante estar muy atento a las lecciones que se nos presentan en este ejercicio, pero aún más importante viene a ser el aplicarlas en el día día de nuestra vida. 

Nada mejor que el poema/reflexión que nos regala Fray Dino La Faba, de corazón les deseo: 

 "Un buen camino peregrino"
Aunque hubiera recorrido todos los caminos, cruzado montañas y valles desde oriente hasta Occidente, si no he descubierto la libertad de ser yo mismo no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera compartido todos mis bienes con gentes de otra lengua y cultura, hecho amistad con peregrinos de mil senderos o compartido albergue con santos y príncipes, si no soy capaz de perdonar mañana a mi vecino no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera cargado mi mochila de principio a fin y esperado por cada peregrino necesitado de ánimo, o cedido mi cama a quien llegó después y regalado mi botellín de agua a cambio de nada, si de regreso a mi casa y mi trabajo no soy capaz de crear fraternidad y poner alegría, paz y unidad, no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera tenido comida y agua cada día y disfrutado de techo y ducha todas las noches o hubiera sido bien atendido de mis heridas, si no he descubierto en todo ello el amor de Dios, no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera visto todos los monumentos y contemplado las mejores puestas de sol; Aunque hubiera aprendido un saludo en cada idioma, o probado el agua limpia de todas las fuentes, si no he descubierto quién es autor de tanta belleza gratuita y de tanta paz no he llegado a ningún sitio.

Si a partir de hoy no sigo caminando en tus caminos, buscando y viviendo según lo aprendido; Si a partir de hoy no veo en cada persona, amigo y enemigo, un compañero de camino; Si a partir de hoy no reconozco a Dios, el Dios de Jesús de Nazaret, como el único Dios de mi vida, no he llegado a ningún sitio.



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