domingo, 3 de mayo de 2020

El Camino de Santiago. 6ta Etapa. Peregrino.


Las Palabras del Peregrino
Morelia, Micha. A 11 de mayo del 2020. 

Ventas de Narón 

Encontré a mi querido amigo tan pronto llegué al lugar de nuestra acostumbrada cita, el me dijo a modo de saludo.

 - Bienvenido Caminante.

Respondí al instante, ¡Peregrino de este mundo! 

Tomé asiento donde ya me esperaba una enorme taza de café a la que enseguida le di un largo sorbo, de verdad me gusta este café, le comenté a mi querido amigo.

 - Y que lo digas, esta taza es nuestra compañera fiel desde que recuerdo, contestó muy animado mi querido amigo.

Hoy especialmente me siento muy feliz y es que ya me encuentro a pocas etapas de alcanzar la meta y llegar a Santiago de Compostela. En este día de caminar fue de mucha reflexión, pero bueno toda historia debe ser contada desde su principio.

Ventas de Narón es una pequeñísima población compuesta por 11 personas, creo escuche a la dueña de la posada decir que todas estas personas están emparentadas. El albergue donde pernoctamos y otras 5 casas es todo lo que conforma el lugar.

Te comento que desde la tarde, poco después de nuestra llegada, comenzó la lluvia y aunque el clima no estaba tan frío invitaba a refugiarse muy temprano en la habitación. Antes, disfrutamos de una suculenta y abundante comida y poco después de una cena suficiente para la poca hambre que en estos días tenía.

Lo realmente delicioso fue la compañía, frente a nuestra mesa departía un grupo como de 12 personas, un poco mayores de edad que nosotros, pero con una alegría desbordante y que al descorche de las botellas de vino sumaba mayor volumen a su barullo.

Tan sólo de observarlos te alegrabas y es que en el fondo pensaba que así querría ser y estar al alcanzar su edad. Estas personas viajaban hacia Santiago, pero no como caminantes ya que habían contratado un servicio que los transportaba y como se veía disfrutaban de cada una de las paradas que hacían, era notable que se conocían de hace algún tiempo.

No conversamos con ellos durante la cena, pero al salir del lugar me detuvieron para preguntar de dónde era y pues me detuve un momento para responder su pregunta y conversar un poco, en pocos instantes ya me encontraba enredado en una conversación muy personal ya que una de las señoras viajaba en solitario y me invitaba a acompañarla, no sabía que responder y tomé su comentario a broma ya que todos sus compañeros rompieron en risa al ver como me sonrojé.

 - Debió ser muy incómodo, apunto mi querido amigo.

La verdad me hizo mucha gracias y entendí que la vida debe tomarse no tan en serio, tal como ellos la viven, me despedí agradeciendo la invitación argumentando que saldríamos muy temprano de camino al siguiente día, ellos a coro contestaron buen camino. Descansamos muy bien, el barullo de los comensales no llegaba hasta las habitaciones y en las casas aledañas al lugar ya todos estaban en silencio.

Salimos, como de costumbre muy temprano, con poca luz pero sin lluvia, sólo los charcos que había en el camino atestiguan que seguramente llovió toda la noche. Aunque el camino en muchos tramos coincidía con las rutas para automotores, aún nos regalaba tramos con mucha vegetación que nos indicaba que el lugar era muy lluvioso y proclive al frío.

Permíteme un paréntesis para comentar algo que me parece interesante, y es que era notorio que el techo de las construcciones de las viviendas cambiaba según avanzamos en nuestro camino. Así en O Cebreiro observamos edificaciones con techo de zacate, en realidad centeno, les llaman “palloza”. Poco después, desde Triacastela, las casas tienen techos de un material abundante en la zona, la pizarra. El color de la pizarra variaba entre gris y casi negro, me puse a investigar hasta que encontré un documental de la TV española RTVE.es, Arte-tradiciones-populares-arquitectura-popular, en este vídeo explica claramente el uso de la pizarra en toda esta zona de Galicia. Ahora en el tramo que vamos, poco después de Ventas de Narón, nos encontramos con techumbres a base de teja roja como las que abundan en Michoacán y todo México, sólo que aquí noté que apilan una sobre otra hasta 3 tejas, me imagino que por razones más estéticas que de uso práctico. Igual me di a la tarea de investigar y encontré otro documental; Arquitectura-popular-galicia-materiales, debes verlos, le dije a mi querido amigo, son una verdadera joya.

 - Muy bien seguro que los revisaré, pero bueno y todo esto a que viene.

Enseguida te cuento amigo, le dije, no desesperes.

Bueno pues nuestro camino sin muchos contratiempos, más que los encharcamientos y un poco de lodo que no nos exigió físicamente nos llevó por fin a Melide. Con 7,503 habitantes nos pareció una ciudad con una economía boyante, con un importante ingrediente agropecuario y forestal. Melide es la encrucijada de rutas jacobeas; ya que aquí se conectan el Camino Primitivo y el Camino Francés. El albergue al que llegamos, era una hermosa residencia con jardín en el traspatio con una gran alberca, que nuevamente nos privamos de disfrutar. La residencia estaba adornada con cuadros y muebles costosos pero personalmente la impresión que me dio es de una frialdad, no digo del clima sino del ambiente, poco usual.

Nos salimos en busca de alimentos y luego de satisfacer esta necesidad primitiva nos dimos a la tarea de conocer el lugar y aprovechar para hacer algunas fotos. Así llegamos a la Iglesia de San Pedro de Melide y al Concello de Melide, justo al salir de este edificio me encontré con Don Pánfilo Vázquez.

 - No me digas, ¿otro desconocido que quiso platicar contigo?, preguntó intrigado mi querido amigo.

Así es amigo, “aunque ud. No lo crea”, dije un poco con risa.
Don Pánfilo es una persona de unos 70 y algo de años, que sin más comenzó a platicarme de su vida y del lugar, precisamente a un costado del “ayuntamiento”, en la esquina se encontraba la “Obra Pía de San Antón” que al parecer de Don Pánfilo no se le daba el crédito apropiado al benefactor de esta construcción. Me llevo a un costado de este lugar para que verificará su afirmación, y sí, se trataba de una escultura con 2 frentes, uno a la calle con el nombre del edificio y su fecha de construcción, 1671 y por detrás (sin ser nada visible) la imagen del benefactor, Don Mateo Segade Bugueiro (1605-1672).

Luego de hacerle las fotos de rigor a este monumento, me despedí de Don Pánfilo. Aquí es donde comienza la magia.

Al investigar quién fue este señor Don Mateo Segade Bugueiro, me encuentro que; este clérigo fue entre otras muchas cosas Arzobispo de México en 1655, pero debe regresar a la corte del rey Felipe IV en 1661 por acto contencioso presentado por el Virrey de España, al parecer no se pusieron muy de acuerdo en un asunto de Indios y Pulque.

 - Bueno y todo eso a qué viene, insistió mi querido amigo.

Vamos aquí está la enseñanza, el gran mensaje, le contesté. 

En el último vídeo que te recomendé observaras que los Romanos que migraron a España, al paso de los años vivieron una transformación en su forma de vida. Esta transformación fue simbiótica, tanto ellos como los españoles con los que convivieron, que mejor ejemplo son las tejas y la alfarería. En México los migrantes Españoles también vivieron esta transformación, que para bien o para mal afectó a nuestros pueblos originarios. Si lo ves bien, resulta que desde siempre nuestra especie se ha desarrollado en un proceso constante de migración, sea en busca de mejores lugares para vivir, de mejores oportunidades para desarrollarse o de plano obligado por las circunstancias. Entonces a diferencia del Peregrino que sabe que al cumplir su camino retornará a su tierra, el migrante quema los barcos para no volver, por lo que crea una filosofía para adaptarse lo más pronto posible y piensa que donde esté, sea por un día o por años es “su tierra” y ahí estará bien.

Agradezco a Don Pánfilo por que me hizo mirar hacia mis orígenes, por que nunca como hasta ahora había valorado que para ser migrante se requiere de mucho valor, entereza y unas ganas enormes de salir adelante. Estos atributos hicieron que uno de mis bisabuelos abandonara España, y que mis padres recién casados cambiaran el pueblo de toda su vida por el gran reto de vivir en una selva inhóspita al sur de Veracruz, donde gracias a su esfuerzo y dedicación hicieron fortuna y nos criaran como herederos de este afán de superación. Ahí me tienes que igual migre y me instalé en Michoacán y ahora mis hijos, son migrantes también. No tengo palabras suficientes para agradecer a mis padres esta enseñanza, que forjó mi carácter y finalmente también el de mis hijos. El saber que; el mundo es nuestra casa, nos hace contemplar una panorámica de la vida diferente. 

Migrantes de la vida, no sólo se refiere al arrojo y valor para enfrentar los cambios sino también a la aptitud con los que enfrentas tu día a día. 

Aquí tienes querido amigo que; en un principio en el camino de Santiago me inicié como turista, al paso de los kilómetros y sus enseñanzas me hice Peregrino. Ahora entiendo que soy migrante en este mundo y estoy en eterna gratitud con mis padres y los padres de mis padres. Estoy tan agradecido con “el camino” por que me ayudó a conocerme y con esto, como los Romanos y Españoles de la historia, también me ha transformado.

 - Es complicado de entender, me dijo muy pensativo mi querido amigo.

Migración, Peregrinación, Turismo; al final son palabras, en verdad creo que la congruencia en nuestra forma de actuar, pensar, sentir y amar es lo que realmente cuenta, así que;

¡Buen camino, migrante!


Así vivimos el Camino...




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