Morelia, Mich. a 18 de mayo del 2020.
Santiago de Compostela
Me encuentro sólo en el café, estoy esperando a mi querido amigo, en tanto voy haciendo algunas notas en una servilleta. Esta técnica me ha ayudado mucho, empleando palabras clave puedo organizar mis ideas y lo más importante es que así evito olvidar algún tema.
Por fin, luego de un rato, llega mi querido amigo. Me levanto a recibirlo de una manera más efusiva que otras veces, lo saludo y al invitarlo a sentarse apuro al camarero para que traiga nuestro acostumbrado café.
Al ocupar su lugar mi querido amigo, me dice:
- Válgame que bienvenida me has dado, parece que aún te dura la alegría de tu llegada a Santiago, dice en tono de un poco de burla mi querido amigo.
Así es, la sonrisa no termina de borrarse y ahora que te cuente la historia final seguro tú también recordarás por mucho tiempo esta gran aventura.
- Hombre creí que todo culminaba con tu llegada a Santiago, dijo mi querido amigo, seguramente quedándose con las ganas de preguntar más.
No, aún queda información por compartirte y es que la Iglesia ha tenido mucho cuidado en no darle mucha difusión, catalogándola de practica pagana.
- ¿Qué puede afectarle a esta Sacrosanta institución?, estás en uno de los 3 lugares más venerados, no veo a que le puede temer, dijo con mucha precaución mi querido amigo.
Bueno, aunque ya lo dije al principio y lo reitero ahora, mis comentarios de ninguna manera pretenden ni alabar ni desacreditar a esta institución, sólo creo que siendo un dato tan importante no puede ser casual que lo omita.
- Bueno pues comienza tu historia, que el café y yo estamos a punto de escucharte, dijo alegremente mi querido amigo, dando un sorbo a su humeante taza de café.
Mira comencé a darme cuenta de que algo no encajaba, cuando busqué la definición de peregrino que tanto pregonaban los anuncios y ahí tienes que de una palabra que en su origen en latín parecía más a la definición de inmigrante o simplemente de viajero peregrinus la iglesia se lo apropia para indicar que el motivo de este viajero es visitar un lugar santo, de hecho tiene palabras especiales para la visita a cada uno de los 3 lugares santos, reservando peregrino únicamente para el que hace peregrinaje a la catedral de Santiago de Compostela.
Y la cosa se pone mejor, si observas con cuidado las fotografías que te he compartido notarás que hay un símbolo que aparece por todo el camino de Santiago. Este símbolo, después lo supe, es la concha del peregrino. Mira su origen es la VIEIRA, un molusco bivalvo muy común en las costas de Galicia. El uso de la concha del peregrino se extendió en la edad media y es que además de entregarte la famosa Compostela, igual se le entregaba al peregrino esta concha, con la idea de que al colocarla en su indumentaria indicaría a los demás caminantes que él ya había llegada a Santiago y es que no estás tu para saberlo ni yo para contarte, el camino en realidad se hacía en las dos direcciones, primero hacia la Catedral y luego de regreso a tu población de origen. Si nosotros nos hubiéramos ajustado a las costumbres de aquella época, serían uno 436 Km de andar.
- ¡que barbaridad! Comentó mi querido amigo.
Si, imagínate, le dije enseguida. Así los peregrinos que apenas iban hacia Santiago se distinguían fácilmente de los que ya regresaban a sus pueblos. Ahora las cosas han cambiado y tu puedes adquirir este souvenir en cualquier momento, además no estás obligado a hacer el camino de retorno.
- Y esto de la VIEIRA que papel juega, pregunto mi querido amigo.
Pues nada, que la ruta que nosotros tomamos para llegar a Santiago es una de las rutas más usada por los caminantes, se llama Camino Francés y en toda su longitud - unos 764 km desde Roncesvalles- NUNCA tienes contacto con la costa. Luego entonces ¿por qué se toma como símbolo algo que no vas a ver en todo el recorrido?
- No tiene mucho sentido, digo desde ese punto de vista, apunto mi querido amigo.
Así es amigo, con esa idea me di a la tarea de investigar y pues nada que encontré muchas leyendas referidas a este tema y lo que más llamó mi atención es que; desde Santiago de Compostela y mirando hacia el mar hay otro par de sitios de peregrinación.
- Válgame, esto ya es un problema mental que bien pudiéramos llamar el “Síndrome del Peregrino”, concluyo mi querido amigo.
Ciertamente. Mira, bajo la misma idea del camino de Santiago; debes obtener tu credencial de peregrino, agregarle los sellos correspondientes durante la travesía y finalmente con esto te haces merecedor a tu certificado. En estas rutas, llamadas; El Camino jacobeo de Fisterra y Muxía, se exclama como grito de saludo ¡Ultreia! (“¡Vamos más allá!”) y como respuesta ¡Et suseia! (“¡Y vamos más arriba!”). Se necesitan otros 6 días al menos para recorrer los 89 los kilómetros a Fisterra y 87 más a Muxía.
- Que cosa y ¿piensas también recorrer estos caminos?, pregunto desolado mi querido amigo.
No, tranquilo ya los hice y no precisamente caminando, le dije en tono tranquilizador.
- Cuéntame entonces sobre este recorrido, dijo apurándome mi querido amigo.
Bien, pidamos otro café por que esta historia va para largo.
Armados con nuevas tazas de café humeante comencé a contarle.
En 2013, en el tour que te platiqué que conocí Santiago de Compostela, nos trasladamos en autobús a La Coruña haciendo escala en el Faro de Fisterra.
Aquí tengo que hacer un pequeño preámbulo para explicarte la importancia de este sitio.
- Bueno sea por Dios, cuenta ya, dijo impaciente mi querido amigo.
Antes de la era cristiana, bueno antes de que los Romanos dominaran la Península Ibérica, en Galicia vivían unas tribus guerreras, el pueblo Celta, que los griegos y romanos admiraban como pueblos cultos. Apenas sabemos poco de ellos, ya que toda su historia se transmitía de boca en boca, sin tener algún otro registro más que lo que escribieron sobre ellos los Romanos. De hecho, estos pueblos se aseñoraron en gran parte de Europa continental y en sus Islas. Ellos pensaban, en base a lo que conocían, que la tierra era plana (como algunos en USA -en base a todo lo que desconocen- lo afirman también) y donde la tierra terminaba ante el impetuoso mar le llamaban FINIS TERRAE, “fin de la tierra”. De todos estos lugares; en Irlanda, Escocia, Bretaña y Galicia sobresalía en especial Nemetobriga hoy la comarca coruñesa de Fisterra. Al que para llegar se tenía que seguir “el camino de las estrellas”, apuntado magníficamente por la vía láctea y que curiosamente igual conduce a Santiago de Compostela. Era tan importante este lugar, que edificaron un templo y adoratorio pagano, ambos visitados por peregrinos llegados desde muy lejos. Los fieles iban con la esperanza de que, tras entrar al santuario divino, encontrarían la salvación y la inmortalidad para la vida futura.
Igual beneficio de la salvación del alma, para que después de la muerte esta alcanzase fácilmente el paraíso tras su peregrinaje por la vía láctea, fue lo que intentaron conseguir los jerarcas cristianos al instituir el camino de Santiago hacia la tumba del santo, como peregrinación para sus fieles.
Agradezco tanto el haber tenido la oportunidad de visitar el Faro de Fisterra, que identifico como un lugar mágico, en el que bajé por el acantilado hasta el punto donde quede frente de la inmensidad del mar, al cerrar mis ojos claramente percibí la fuerza con que el mar de fondo empuja a la montaña, es ese sonido sordo con que rompen las olas que te eriza la piel y no con mucho trabajo te puedes imaginar lo que en la antigüedad las personas sentían al visitar este sitio. Ellos estaban convencidos que las almas de los muertos por aquí salían camino a internarse al mar, camino a las estrellas. Le tenían un especial respeto y temor a este mar tenebroso, que no tenía fondo, que no tenía fin.
Así estaba ensimismado, reflexionando en cómo es que pudieron vencer este miedo y se aventuraron en embarcaciones tan pequeñas, tan endebles que los llevaron a viajes de circunnavegación a la tierra y por fin navegando todo de frente hasta toparse con el continente americano.
Hoy en día, muy cerca del faro en Fisterra, se marca el Kilometro 0 del camino de Santiago y es costumbre que los peregrinos “limpien su cuerpo en las aguas del mar y quemen sus ropas y botas como símbolo de la renovación interior que todo peregrino sufre en el Camino de Santiago. Se quema lo viejo para dar cabida a lo nuevo”.
En resumidas cuentas; fueron los Celtas los que enseñaron este camino de salvación a los católicos o bien, como ya ha sucedido en otras ocasiones, fueron los católicos quienes asimilaron estos ritos adecuándolos a su identidad, como haya sido; el dejar de lado la información del origen del camino (por parte de la iglesia digo) me parece que no es casual por lo que aquí me tienes ofrendándote este conocimiento.
De tener oportunidad me gustaría hacer estas 2 rutas ya que lo pude ver del paisaje junto al mar es impresionantemente bello y según narran, los atardeceres son increíblemente coloridos.
- Seguro lo intentaras, ya te conozco, dijo mi querido amigo.
Exactamente ese sería el gran resumen de la enseñanza del camino, del kilómetro cero, no dejes de creer en ti, no importa de que tamaño sea el problema o el proyecto. No dejes de sentir curiosidad, que es la curiosidad la simiente de todo conocimiento y ciencia. No dejes de soñar, porque es un sueño el principio de cualquier proyecto, proyecto que puede cambiar el mundo y así como estas personas pudieron vencer el miedo a esta inmensidad tan aterradora; seguro cualquiera de nosotros también puede, en una nave pequeña y endeble visitar las estrellas o mejor aún adentrarnos en nuestra esencia, conociéndonos y aceptándonos para ser felices por fin, sea cual fuere el caso a todos les deseo;
¡Buen camino peregrino!
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