jueves, 7 de mayo de 2020

El Camino de Santiago. 9na Etapa. Santiago de Compostela.

Santiago de Compostela es una aparición de piedra anidada entre los verdes bosques del Noroeste español y las cercanas rías gallegas. Comenzó por ser lugar de paso junto a una vía romana, pero el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago a principios del siglo IX hizo surgir un lugar de culto en los confines de una península a la sazón dominada por la invasión musulmana. Desde entonces toda Europa se echó a andar hacia Santiago, ciudad santa de la cristiandad en la que les esperaba la gracia de la absolución plenaria . Allí emergió una catedral románica a la que el transcurrir de los siglos quiso añadir la sobriedad del Renacimiento y la majestuosidad de un Barroco que terminó por trazar la imagen monumental de la urbe, hecha del granito de sus monasterios, sus hospitales de peregrinos, sus numerosas iglesias, sus casas señoriales y unas plazas en las que el tiempo escogió quedarse detenido. 

La tradición continúa viva y la espiritualidad del continente sigue mirando a Compostela, como demostraron los últimos Años Santos y como probarán sin duda la cita jubilar de 2021. Para los visitantes guarda la ciudad sus tesoros, que se exhiben en 16 museos, y la sorprendente riqueza de su arquitectura contemporánea, firmada por Eisenman, Hejduk o Siza, alrededor de la cual se extiende la más importante dotación de parques y jardines de toda Galicia.
En este escenario brotan con fuerza las manifestaciones culturales –desde las fiestas populares hasta los festivales anuales de música, cine y teatro , exposiciones permanentes e itinerantes - de la mano de una iniciativa pública y privada liderada por la cinco veces centenaria Universidad de Santiago, cuyas aulas añaden 23 mil estudiantes a una población estable de cerca de 100 mil compostelanos.

Durante todo el año, además, se suman a ellos varios millones de visitantes. Los que llegan exhaustos por devoción; los que acuden llamados por el prodigio monumental o los que eligen Compostela como lugar para sus eventos profesionales: todos acaban integrándose en la celebración permanente que es la vida en la ciudad, especialmente durante las Fiestas del Apóstol, declaradas de Interés Turístico Internacional. Para su bienestar despliega Santiago una red de alojamientos que supera las 10.700 plazas –3.500 de ellas en hoteles-, además de 5.000 plazas disponibles en infraestructuras específicas para reuniones y congresos - y una oferta gastronómica capaz de satisfacer todos los paladares y todos los bolsillos. No en vano somos desde hace más de mil años una tierra de acogida universal, un punto de llegada y encuentro nacido para el ejercicio cotidiano de la hospitalidad.

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Finisterre (en gallego y oficialmente: Fisterra) es un municipio español de la provincia de La Coruña, en Galicia.

Su nombre deriva del latín finis terrae (el fin de la Tierra).

Los orígenes de Finisterre se pierden en la oscuridad del tiempo, pero existen datos de su existencia por la singularidad geográfica de este enclave que atrajo la atención de los geógrafos e historiadores grecorromanos.

Según cuenta la tradición, en este monte los romanos encontraron un altar al sol (Ara Solis) construido ahí por los pueblos que habitaron estas tierras antes de la romanización.

Hoy, sin embargo, contrariamente a lo que siempre se había creído, sabemos que hay otros hitos geográficos tanto de Portugal como de Galicia (Cabo Touriñán) más occidentales que el cabo de Finisterre.

El FARO DE FINISTERRE es el más importante de esta Costa de la Muerte, pues con su luz guía a los barcos en su navegación por estas aguas peligrosas por los temporales que se producen y los bajos o arrecifes que existen y pueden causar el naufragio de las embarcaciones. El edificio actual es de 1868 y es el lugar más visitado de Galicia después de la Catedral de Santiago de Compostela.
El CAMINO A FINISTERRE es la extensión del Camino Francés desde Santiago de Compostela hasta el Cabo de Finisterre, siguiendo la milenaria tradición pagana de llegar al final de la tierra del mundo conocido (el Finis Terrae de los romanos); se creía erróneamente que era el punto más occidental de la Península Ibérica, el sitio a partir del cual ya no se podía seguir más el sol en su declive. 

Algunos peregrinos modernos continúan con la tradición de los ritos ancestrales llegando allí y quemando sus botas. se pueden ver restos de fogatas, también cuenta la tradición que puedes quemar todo aquello de lo que te quieres desprender, quemar las ropas, bañarse en el mar, coger la concha de vieira y retornar a sus lugares de origen como "hombres nuevos" después de la peregrinación.  





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